En la situación en la que se
encuentra nuestro país encontrar un empleo digno no es tarea fácil. Ese periodo
de búsqueda parece ser cada vez más largo. Durante la búsqueda además seguimos
con nuestra vida, con las alegrías y problemas que conlleva.
Estás en este periodo de
transición, en el que no eres estudiante, en el que no trabajas, en el que si
familia y conocidos te preguntan “¿qué estás haciendo?”, sueles contestar "buscando” o un simple “nada”.
Toda esta situación lleva asociada
una serie de repercusiones en nuestro ánimo, humor y forma de comportarnos con
el mundo. Quizás los que más noten esos
cambios sean los más cercanos, familia y amigos. Si en otra ocasión ya hable de
la familia, hoy os quiero hablar de los amigos.
Cuando estamos buscando un
trabajo parece que muchas veces
“clasificamos” a nuestros amigos entre
los que trabajan y los que no; si estáis desempleados probablemente sepáis a
qué me refiero.
Los que trabajan son aquellos que
apenas molestamos entre semana, con los que hacemos planes en los fines de
semana, festivos y con suerte alguna que otra noche. Con ellos hablar de trabajo es a veces un
tema tabú, ellos no lo sacan por no preocuparte más y tú no les preguntas a
ellos quizás porque sus historias sobre sus temas de trabajo, hieren nuestro
ego como persona sin empleo. Es un error
y hay que romper esta manera de actuar ya que ellos tienen la suerte de estar
dentro del mundo laboral y conocen qué se hace, qué se valora y en general
cómo están las cosas. Pueden ayudarnos y orientarnos sobre todo sin
trabajan en nuestro mismo campo laboral.
Aunque no sea así son nuestros amigos y quizás hayan pasado por esta
etapa y sepan darnos la energía que nos permita encontrar también nuestro propio
empleo.
En el otro lado se encuentran los
que no tienen un puesto de trabajo, son
aquellos que se encuentran en nuestra
situación y a los que recurrimos con más
frecuencia. Hablar de empleo con estos amigos es tremendamente enriquecedor, al
menos en mi experiencia, compartir fuentes de información, experiencias,
temores, soluciones... Además es muy motivador ya que como buenos animales sociales
nos gusta la compañía y más aún si es de amigos, por lo que podemos ponernos de
acuerdo con ellos para realizar cursos, charlas…
Con todo esto lo que os quiero transmitir es
que como se dice quien tiene un amigo tiene un tesoro y en la búsqueda de empleo también es así,
tanto si nuestro amigo trabaja como si no.